El cuerpo humano es muy sabio y ante cualquier herida, pone en marcha de inmediato un complejo mecanismo celular y vascular para controlar la hemorragia, protegerse de una posible infección y reparar los tejidos dañados.
En las heridas agudas el proceso de cicatrización natural dura de 7 a 14 días, y a los 21 días la herida está ya totalmente cerrada.
Cuando una herida no se ha curado espontáneamente dentro de ese plazo, es porque hay alteraciones en los mecanismos de cicatrización y estamos ante una herida cutánea crónica, también llamada úlcera.
Las heridas crónicas suelen afectar a tejidos más profundos -dermis, tejido muscular, tendones-, y se manifiestan mediante inflamación, enrojecimiento de los bordes de la herida y dolor.
Los tratamientos de cura húmeda como los apósitos Tiritas® EFFECT se utilizan preferiblemente en la cura de heridas agudas, dado que aceleran el proceso de cicatrización, además de proteger la herida y dar mejores resultados estéticos. Su tecnología hidrocoloide absorbe bacterias y células muertas, favoreciendo, de este modo, el proceso de cicatrización.