Los niños son inquietos y curiosos por naturaleza, y es inevitable que sufran pequeños accidentes como golpes, rozaduras o pequeños cortes. Para evitar sustos mayores es importante tener siempre a mano un buen botiquín de Primeros Auxilios, tanto en casa como si sales de viaje.
El botiquín doméstico debe estar en una caja segura fuera del alcance de los niños y en un lugar protegido de la luz, la humedad y el calor. Recomendamos guardar los medicamentos con su prospecto para poder consultar siempre la dosis que se ha de administrar en función del peso o edad del niño, y comprobar las fechas de caducidad de los productos antes de administrarlos.
Nuestro consejo es que una vez cada seis meses revises el contenido y los medicamentos del botiquín, y acudas a la farmacia a reponer los que falten y a reciclar los medicamentos que ya estén caducados.
Pega en el botiquín el teléfono de emergencias y del médico de cabecera o pediatra del niño, os será de gran ayuda en los momentos de nervios cuando hay una emergencia.