Cada vez que cambiamos de temporada, recuperamos zapatos que hace tiempo que no nos ponemos, con el consecuente miedo a que aparezcan las ampollas por el cambio de calzado de temporada. Con la llegada del invierno, estamos en pleno proceso de cambio de zapatos: Damos la bienvenida a las botas, al calzado pesado, y nuestros pies se han de acostumbrar al clima frío y húmedo.
Para evitar las rozaduras, las dolorosas ampollas, y otras heridas en los pies provocadas por el cambio de estación, existen pequeños consejos que es recomendable seguir:
En el caso de que tengas heridas en los pies muy a menudo e incluso algunas de ellas acumulen sangre o consideres que las ampollas son grandes y curan con dificultad, es recomendable que visites a un podólogo para que te asesore personalmente de los mejores tratamientos para tu caso. Asimismo, es conveniente cuidar de los pies durante todo el año, ya que unos pies sanos resistirán mejor los embistes del clima y del calzado.